Nuestros gerentes suelen abrumarse con tantas opciones que ofrecen la solución a todas sus debilidades, como si existiera “una varita mágica” que todo lo resuelve, lamentablemente no es así y no existe una solución única, de hecho muchos se han sentido “engañados”, ya que no han logrado los desempeños que tanto anhelaban al implementar -con tanta dedicación- la ISO 9001 con propósitos de certificación; el problema es que a lo mejor, nunca se les explicó que la ISO 9001 u otros similares, son modelos básicos de gestión, que al no estar asociados con estrategias apropiadas de mejora continuada, probablemente no le van a permitir los logros pretendidos tan fácilmente.

Uno de los pilares claves de los sistemas de gestión -que no muchos visualizan- es la apropiada definición de los objetivos de gestión y suelen definirse algunos como, “Número de No Conformidades por mes” o “Acciones Correctivas Cerradas v/s el Total” u otros similares, que pueden servir para entender sólo una parte del Sistema de Gestión, pero que nada dicen respecto del cumplimiento de los objetivos del negocio.

Lo que no se puede perder de vista -cuando se está analizando la estrategia de una empresa- es la cadena de valor del negocio, vale decir, aquellos procesos por los que los clientes están dispuestos a pagar y que forman parte de lo que se denomina el “core business”. Éstos son los procesos, que sin duda alguna, deberían recibir la máxima atención, definiendo en cada caso los objetivos y/o métricas que le permitan a la organización, detectar “tempranamente” si están logrando los desempeños previstos. A continuación se muestra como ejemplo, parte de la Cadena de Valor típica de una empresa Minera, que incluye algunos de sus procesos y las métricas que los regulan.

Para intentar controlar los procesos y variables claves, algunas empresas optan por el Balanced Scorecard, que es una excelente herramienta para poner foco en la estrategia del negocio y en los objetivos que lo sustentan -además, están disponibles apoyos de software que permiten contar con semáforos, que alertan sobre su nivel de cumplimientosin embargo, si no se complementan con las herramientas adecuadas, pueden inducir a lo que se denomina “apaga incendios”.

En la Figura 1, se presentan 2 visiones que pueden resultar contradictorias, por un lado la observación del semáforo que nos presenta rojos, nos induce a actuar para resolver esas “irregularidades” a la brevedad y por otro, el Gráfico de Control Estadístico -visión que sugerimos- nos indica que en el comportamiento del proceso no hay “causas especiales” o nada imprevisto que atender, ya que exhibe sólo variabilidad natural o en control estadístico; ésto quiere decir, que si nada se hace, el proceso continuará entregando la misma respuesta hasta que no se materialice algún cambio o mejora.

Hasta este punto del análisis, algún observador podría indicar que el gráfico de control no permitir hacerse cargo de la métrica en rojo o inferior a 2,2, que es una situación sin duda indeseable para el negocio. Esto puede abordarse, usando el gráfico de probabilidad que se acompaña en la Figura 2, que en el eje de las abscisas
muestra la métrica en análisis y en el eje de las ordenadas, la frecuencia de eventos o porcentaje de ocurrencia. Esta nueva visión complementaria deja en evidencia, que aunque el proceso sólo muestre variación natural o en control estadístico, nos permite entender que si nada se hace, el 33,4 % de las veces, no se va a poder cumplir con el mínimo deseado de 2,2. Sin duda, la forma de resolver esta situación, es intentar un mejoramiento del desempeño de ese proceso.

Lo interesante de este enfoque, es que el juego conjunto de estas 2 herramientas estadísticas; Gráfico de Control y Gráfico de Probabilidad, entrega una ventana al comportamiento del futuro proceso o predicción, que nos indica claramente que si no se interviene el proceso para mejorarlo, lo que se puede esperar a futuro, es que mantenga consistentemente un comportamiento similar con una tasa de no conformidad de 33,4%.

La clave en esta visión de métricas predictivas para un negocio, es que motiva el esfuerzo sistemático para cambiar aquellos procesos que tengan desempeños indeseables -para eso se dispone de numerosas herramientas estadísticas y otras que son del dominio de profesionales como los Green o Black Belt Six Sigma- evitando de esta forma
conductas de tipo “reactivas” o “apaga incendios”, que se derivan del enfoque tradicional y que sin duda no resolverán -en forma permanentelas reales debilidades de los procesos.

Este concepto de métricas predictivas fue desarrollado por nuestro asociado y CEO de Smarter Solutions Inc. Forrest W Breyfogle III, quien recibió el reconocimiento como “Quality Professional of the Year 2011”, que fue publicado en la revista Quality Magazine (www.qualitymag.com) de Abril del 2011.